El lugar indicado para aprender y despejar tus dudas sobre cultivo.
Para una óptima salud radicular podemos llevar adelante dos aproximaciones:
1) Trabajar con una microbiota benéfica (recomendado en sustrato) en la rizosfera, es decir, la zona del suelo cercana a las raíces de las plantas en donde se desarrolla la vida microbiana. Para ello procuraremos un sustrato adecuadamente aireado, con buen drenaje, y buena proporción de materia orgánica y nos valdremos de aportes que potencien la colonización por bacterias y hongos benéficos. En este tipo de cultivos es recomendado utilizar agua declorada de bajo ORP. Para declorar el agua podemos dejarla reposar en un recipiente abierto de 24 a 48hs o bien burbujearle aire durante 1 o 2 horas con una bomba de pecera. Otra aproximación para declorar el agua será utilizar un declorador químico (próximamente a desarrollar por Ryanodine).
2) Trabajar de manera estéril (recomendado en coco e hidro) procurando un número mínimo de microorganismos mediante el uso de oxidantes como ácido hipocloroso, hipoclorito de sodio (lavandina) o agua oxigenada. Para ser eficientes en el uso de oxidantes recomendamos fuertemente la adquisición de un sensor de ORP y apuntar a valores de 400 a 440 mV en fibra de coco o de 320 a 360 mV en hidroponia. Es importante nunca exceder el valor máximo de ORP (potencial de oxidorreducción) ya que podemos quemar las raíces generando un daño grave en nuestro cultivo.
Dado que el ORP es un parámetro que depende del pH, a menor pH, más oxidante se vuelve el cloro por lo que aumenta el ORP y viceversa a mayor pH, menor ORP. Por esta interrelación recomendamos siempre medir ambos parámetros de manera conjunta.
La concentración de nutrientes en el agua se mide indirectamente en función de la electroconductividad (EC) de la solución, empleando un instrumento llamado conductímetro.
Cuanto mayor es la concentración de sales disueltas en el agua mayor será la EC.
La EC se mide en mS/cm o µS/cm, algunos conductímetros realizan la conversión de la lectura de EC a TDS (Total de sólidos disueltos) cuya unidad es el ppm (partes por millón).
Recomendamos trabajar en mS/cm o bien µS/cm, así evitamos errores en los factores de conversión de los equipos al pasar a ppm y homogeneizamos el criterio para referirnos a esta métrica.
Cabe aclarar que la EC no depende únicamente de la concentración total de sales, sino también de otros factores como la temperatura o la composición química y la carga de la solución en análisis. Dos soluciones de la misma EC pueden tener una carga nutricional completamente distinta.
Cada planta es diferente y, al igual que las personas, las necesidades nutricionales varían en función del requisito metabólico de cada una de ellas. El valor de la EC óptimo cambia con las diferentes genéticas, fenotipos y condiciones ambientales a las que las exigimos.
¿Cómo se mide la electroconductividad (EC) de mi solución?
Se toma una muestra, o bien se lee directamente en el reservorio utilizando un conductímetro que debe estar debidamente calibrado contra una solución de referencia o estándar de 1413 uS/cm.
Es importante al tomar la medición que los electródos del instrumento se encuentren en el seno de la solución, es decir, sumergidos en el centro de la solución dejando una distancia de las paredes del recipiente a fin de evitar interacciones electrostáticas que alteren la medición.
Se aconseja registrar la EC del agua base (sin ABC ni aditivos) y luego añadir según la tabla la dosificación en ml/L correspondiente a cada etapa del ciclo y medio de cultivo. Luego de preparada la mezcla se aconseja ajustar el pH y por último tomar la medición final de EC de la solución nutritiva o fertirriego.
Se toma una muestra, o bien se lee directamente en el reservorio utilizando un conductímetro que debe estar debidamente calibrado contra una solución de referencia o estándar de 1413 uS/cm.
Es importante al tomar la medición que los electródos del instrumento se encuentren en el seno de la solución, es decir, sumergidos en el centro de la solución dejando una distancia de las paredes del recipiente a fin de evitar interacciones electrostáticas que alteren la medición.
Se aconseja registrar la EC del agua base (sin ABC ni aditivos) y luego añadir según la tabla la dosificación en ml/L correspondiente a cada etapa del ciclo y medio de cultivo. Luego de preparada la mezcla se aconseja ajustar el pH y por último tomar la medición final de EC de la solución nutritiva o fertirriego.
Las plantas autoflorecientes requieren los mismos nutrientes que las fotoperiódicas pero los tiempos de sus ciclos suelen ser variables. Para poder dar la nutrición adecuada a las autoflorecientes recomendamos tomar como referencia la dosificación recomendada en las tablas para cada etapa de crecimiento, procurando identificar las mismas por la morfología y expresión de las plantas. Es decir, no seguir la dosificación semana a semana sino etapa por etapa con una aproximación más bien conservadora en la dosificación.
Se recomienda utilizar agua de hasta 0,4 mS/cm. A la hora de cultivar no sólo importa la concentración de sales en el agua sino qué compuestos son los que están presentes en la misma. Algunos metales como el sodio, el aluminio, el mercurio, el plomo y el cadmio son tóxicos para las plantas por lo que niveles altos de estos elementos en altas concentraciones pueden resultar en inconvenientes.
El agua de ósmosis no tiene sales (0,0 mS/cm), por lo que es muy apropiada para el cultivo empleando nuestra línea ABC.
Antes de tomar medidas de acondicionamiento de agua como lo es la compra de un equipo de ósmosis, recomendamos fuertemente mandar a analizar el agua a un laboratorio certificado a fin de saber las condiciones fisicoquímicas y microbiológicas de nuestra agua de base.
Nuestras tablas fueron elaboradas con material volumétrico de laboratorio y un conductímetro calibrado contra un patrón estándar trazable, para la elaboración de las tablas de referencia utilizamos agua de ósmosis cuya EC es de 0.0 mS/cm.
Nuestros nutrientes se elaboran siempre con las mismas materias primas y cada lote atraviesa un estricto control de calidad por lo que garantizamos la homogeneidad de nuestras fórmulas y la precisión de nuestras tablas de referencia.
Debido a la elevada rigurosidad con la que elaboramos nuestros documentos y productos podemos asegurar que si se siguen las dosificaciones al pie de la letra con instrumental adecuado, se lograran idénticos valores.
Si la EC no coincide con la tabla a mismas dosis sugerimos evaluar lo siguiente:
¿El agua utilizada es de ósmosis y su EC de base es 0,0 mS/cm?
¿Se utilizó material volumétrico adecuado para medir el volumen final de fertirriego?
¿Se utilizó material volumétrico adecuado para medir el volumen de ABC añadido?
¿Se utilizó un conductímetro recientemente calibrado contra una solución estándar de conductividad?
Si todas las respuestas fueron afirmativas, contactanos y te ayudamos a resolver el inconveniente.
No, no hay ningún estudio hasta el momento que justifique el uso de productos para mejorar el proceso de lavado de fin de ciclo. Si uno lleva una nutrición adecuada no es necesario realizar un lavado, basta con regar de manera habitual sin nutrientes para lograr un producto de calidad.
Si por el contrario tus plantas sufrieron excesos a lo largo del ciclo, puede ser conveniente lavar únicamente utilizando agua con un pH ajustado.
Sí, se puede sin problemas.
En hidroponía para evitar excesos nutricionales sugerimos al cambiar de línea de nutrientes que se realice el cambio de solución utilizando la misma electroconductividad que se venía empleando con la línea anterior, o una levemente menor (-0,1 mS/cm / -50 ppm), sin superar la EC recomendada en nuestra tabla de dosificación.
Si se empleó una EC menor luego de 3 o 4 días del cambio y si las plantas responden satisfactoriamente ya se podrá añadir las bases para alcanzar los niveles que recomendamos en nuestra tabla de dosificación y continuar el ciclo según dicha referencia.
En fibra de coco y sustrato se puede cambiar inmediatamente de línea de nutrientes sin adaptaciones.
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